El chavismo murió con Chávez. La fecha exacta, el 5 de marzo del 2013 o el 8 de diciembre del 2012, cualquiera de las dos es válida. Lo que quedó fue el duelo, entendible, de aquellos que lo apreciaron, y lo aprecian. El duelo de aquellos que solo lo vivieron de esperanzas, y de algunas migajas que le lanzaron los acólitos del difunto. El chavismo, en realidad, fue una pasión por una figura empática. Decir que el chavismo es una concepción política es una insensatez; propia de aquellos que solo esperan aferrarse a un poder muerto.