top of page
  • Willians Ojeda García

PLAZA BOLIVAR DE SAN FELIPE - ESTADO YARACUY-VENEZUELA


Esta fotografía la encontré en mi baúl de recuerdos donde observamos a la vieja plaza Bolívar de San Felipe. A mí me tocó hablarle al público de esta plaza en el marco de la celebración del Día del Cronista enmarcado en una agenda de trabajo llamada "Los Cronistas Toman las Plazas" con apoyo de la Oficina del Cronista de San Felipe, el Centro de Historia del Estado Yaracuy, Concejo Municipal y por supuesto de la Alcaldía del Municipio San Felipe.

Este es un lugar para honrar la memoria del Padre de la Patria llamado El Libertador en título que le fuera concedido por la Municipalidad de Caracas el 14 de Octubre de 1813 y ratificado por el Congreso de Angostura en 1819.

Comúnmente estas plazas se ubican en el centro colonial, gubernamental, político e histórico de los pueblos donde antiguamente estaba la Plaza Mayor. En San Felipe Estado Yaracuy-Venezuela casi nada quedó después del terremoto del 26 de Marzo, Jueves Santo, de 1812 y apenas en estos predios se levantó el Templo Matriz en 1864 que construyeron los masones durante el gobierno del Dr. Joaquín Díaz, Presidente del Estado Yaracuy, cuyos trabajos se habían paralizados debido a las contingencias políticas de la guerra federal.

Es el General Diógenes Torreleas Urquiola Presidente de Estado Yaracuy nacido en Yaritagua en 1870 quien construye la Plaza Bolívar de San Felipe en un sitio ubicado entre la Calle Zamora (6ta Avenida) y Calle de Los Toros ò Calle Piar (séptima Avenida) y calle La Azotea o Calle Boyacá (hoy calle 9) y Calle Bruzual o Calle Camilo Lugo (hoy Avenida Caracas) respondiendo a un requisito urbanístico en honor a El Libertador Simón Bolívar de que todas las ciudades tengan una Plaza Bolívar aunque no existían regulaciones legales al respecto. Torrellas Urquiola inauguró la Plaza Bolívar en el centenario de la declaración de la independencia de Venezuela, acto realizado el 6 de Julio de 1911 y tenía un busto de Bolívar que a partir de 1930 fue sustituido y llevado a Urachiche para su plaza.

En ese entonces la plaza Bolívar de San Felipe tenía sembrado crotos, grama, chaguaramos y se colocaron modestos faroles que el celador alumbraba con algún mechurrio hasta que el General Juan Victoriano Giménez (urachicheño) siendo Presidente de Yaracuy, en 1919 puso la luz eléctrica y la cosa cambió. En 1930 durante el centenario de la muerte de Bolívar el General Félix Galavis siendo Presidente del Estado Yaracuy le hizo mejoras a la plaza con vías internas en cemento y toda una ornamentación paisajística. Y se colocó una estatua pedestre del Libertador en bronce traída de Caracas la cual desde 1973 fue llevada hasta Aroa a la plaza central de esa histórica ciudad.

EL MONUMENTO DEL LIBERTADOR También dije en mi exposición que en distintas partes del mundo existen plazas con el nombre de Bolívar. Pero de España tenemos que hacer necesaria referencia con respecto al origen de la actual estatua ecuestre de El Libertador en la Plaza Bolívar de San Felipe. En España, desde 1922 y a petición del poeta Luis Gonzaga Urbina se intentó realizar un conjunto escultórico en homenaje a Bolívar y así darle proyección universal al concepto libertador de cinco naciones suramericanas. El primer intento se realiza en 1925 pensando emplazarlo en la Plaza de Salamanca incluso se llegó a poner la primer piedra por parte del escultor español Enrique Martín y subvencionando la obra por la sociedad bolivariana residente en Madrid. Pero el gobierno del General Juan Vicente Gómez no dio un centavo y el artista se vio obligado vender la parte realizada del proyecto.

Otro intento se hizo en 1957 por el Instituto de Cultura Histórica de España y Venezuela solicitándole a Juan de Avalos un proyecto de monumento y éste ofreció una magna obra de dimensiones colosales previsto con salón de lectura, biblioteca, música, teatro y museo en su interior. Este proyecto asustó a los solicitantes por su elevado costo en una España raquítica en recursos económicos.

En 1967 el Dr. José Marañón, Presidente del Instituto de cultura Hispánica y el Alcalde de Madrid Sr. Arias Naranjo, convencieron a diplomáticos de Venezuela, Ecuador, Panamá, Perú, Chile, el Salvador y Colombia para que corrieran con los costos de 7.500 dólares de la estatua realizada por Martin Emilio Laiz Campos (1917-1983) ofreciendo colocarla en el Parque del Oeste en Madrid en un lugar anteriormente ocupado por el Monumento de los Héroes de las Guerras Coloniales (es posible que allí estaban las joyitas de Boves y El Tirano Aguirre) destruido en las contiendas civiles de 1936 a 1939, además de cubrir con los costos del pedestal cercano a los 2.000 dólares.

El monumento fue inaugurado el 31 de Octubre de 1970 en Madrid. Precisamente visité ese lugar junto a mi padre Nicolás Ojeda Parra y mi hermano Nino Ojeda García y desde entonces, al conocer ese monumento, comencé a indagar la historia del mismo que meses después vi esta estatua, gratamente sorprendido, en la Plaza Bolívar de mi querida San Felipe traída durante el gobierno del Dr. Rafael Caldera siendo gobernador de Yaracuy el Dr. Simón Saavedra Hernández, ya que el escultor Martin Emilio Laiz Campos realizó sólo dos copias: una ubicada en Colombia y la otra en mi ciudad.

Allí podemos apreciar a un brioso caballo utilizado como modelado de aspecto alejado a las monturas militares, pertenecía a la cría del rejoneador Ángel Peralta. La estatua en bronce fundida en Madrid por Ángel Gonzales Sellas cuyo peso mayor descansa en la pata derecha trasera y la pata izquierda delantera del corcel, con una cruz de madera guayanesa sobre sus espaldas elevada desde el templo mayor con la mano derecha de Bolívar alzada mirando hacia los llanos y Suramérica irradiando su brillo espléndido hacia el mundo con destellos de dimensiones extraordinarias.

Dije en mi exposición que esa estatua llegó a san Felipe por aire, en un enorme cajón de madera, revestido de todo, un protocolo de seguridad que colocaron inicialmente frente al Grupo República de Nicaragua y al terminarse de pulir el pedestal fue llevado allí por expertos utilizando grúas enormes, descansando en los anclajes con soberbia precisión, fue inaugurada en Julio de 1973.

Con el correr de los años las familias, los serenateros y el pueblo en general hicieron suya esta plaza. Las retretas domingueras de la banda oficial era un verdadero encuentro de emoción familiar entre un armonioso remanso de paz. Allí pronunció Rafael Caldera su primer discurso siendo un niño en representación de los estudiantes de la escuela Padre Delgado, En esta plaza Bolívar se han celebrado fiestas y actos referidos al padre de la Patria y nuestra nacionalidad. Las manifestaciones políticas y de protestas ciudadanas no han faltado y más de un animal realengo ha hecho de la plaza su morada. Donde los pájaros anidan sus vidas. Ha sido escenario para trovadores que comenzaban sus fiestas desde la luna temprana hasta que veían los rayitos de sol y otros celebraban sus encuentros con alto volumen en sus rockolas portátles. Cuando las misas de aguinaldo en el Templo Matriz, la plaza era sitio de juntas románticas, de patinadores y bicicleteros donde amanecían animados por cánticos gregorianos, villancicos, aguinaldos, gaitas y sabrosos parrandones dedicados el Niño Dios.

En una ocasión el gobierno contrató a una "empresa" de brocha gorda para hacerle "mantenimiento" a la estatua considerada ésta como una de las más hermosas en el mundo dedicadas al Padre de la Patria. Irresponsablemente bañaron a la estatua con tobos llenos de pintura en aceite barato, de punta a punta. ¡Tamaño insulto a Bolívar y a Laiz Campos, tamaño insulto a la ciudad!

Y un 24 de Junio, día de fiesta nacional un gobernador se puso bravo, botó sapos y culebras en encendido discurso señalando que la plaza Bolívar, cuyo mantenimiento entonces estaba a cargo de la alcaldía de San Felipe ubicada frente a sus narices , era una vergüenza púbica al sufrir el peor abandono de su historia. Y hasta se declaró en huelga el tipo y dijo que allì el gobierno regional no celebraría más actos hasta que las autoridades municipales le devolvieran la decencia a la plaza Bolívar. Al día siguiente, bien tempranito, apresuradas cuadrillas municipales comenzaron a maquillar la plaza insultada por la desidia.

Y la plaza por poco la convierten en mercado persa, centro de fritangas y nido de malandraje como le ha ocurrido al pobre Parque Junín. Allí tampoco falta un toldo y unas cornetas haciendo bulla para cualquier charanga.

Hoy la Plaza Bolívar de San Felipe hace armonía con otros patrimonios edificados y el gobierno regional asumió la tarea de adecentar la zona, rescatar y preservar ese y otros patrimonios comunes que permitan despertar conciencia y dar sentido de pertenencia colectiva en claro intento por humanizar la ciudad. Y allí están los cronistas defendiendo este y otros patrimonios y divulgando la esencia de los lugares y sitios como esta plaza.

Las luces colocadas en la Plaza Bolívar, Palacio de Gobierno, Catedral y monumento al indio Yaracuy hacen juego con sus perfiles arquitectónicos y el paisajismo que las rodea...

Y así, otros ojos podrán mirarnos de otra manera, mirar a la ciudad hermosa que sentimos y amamos, la ciudad que se cohesiona socialmente con un cordial sentido regionalista. Es algo nuestro que debe preservado con la decencia merecida. Y la Plaza Bolívar con vestido de novia, cálida y bella, nos sigue abriendo sus barazos para alumbrarnos un destino mejor. Y seguiré hablando de nuestra Plaza Bolívar en cualquier lugar, pues hay mucho que decir y demasiado que hacer .Es el pleno pecho de San Felipe este lugar emblemático y es ¡NUESTRO!

532 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page